martes, 4 de febrero de 2014

IQUIQUE GLORIOSO

Llevo la simpleza de mi puerto querido, el sabor a porteño; Un loco enamorado. Que lleva tres horas sin mencionar ninguna palabra de su secreto amor, le quedan  veintiuna hora para seguir en silencio ya que son las reglas del amor, no puedes mencionar tu loco amor dentro de un día para que sean felices por siempre, es la tradición de su cerro, el cerro esperanza. Lleva una hora y media más hablando con su loco amor; desenfrenado, raro, desquiciado, vía Internet convirtiendo las conversaciones en silencio para los demás oídos hasta le dedica un libro a nombre de los dos.
-Me gusta el norte de mi país, me gusta el norte de mi país. Son las únicas palabras que pude pronunciar mientras observa las fotos y conversaciones.
“Historia cibernética” La está llamando  y cantando dentro de su mente, algo que se pudo crear en un santiamén  pero es algo  más, algo más como “Loca aventura”.  -Nunca nos hemos visto frente a frente y mucho menos hemos podido juntar nuestros labios.  Hasta que ya le quedan cinco horas y no aguanta más tener la  garganta más apretada que un nudo provocando el hablar sus cuerdas bucales  para llegar a pronunciar su bello nombre.

-Me queda un minuto y solo me costó dos párrafos llegar a este. Iré al parque que está frente a mi  y terminaré la casa que estaba construyendo, en ella viajaremos por todos lados y conoceremos los rincones de este pequeño mundo solo tú y yo, mi querido Iquique glorioso. 

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