viernes, 31 de enero de 2014

EL SECO DIA

El mismo lugar, el mismo aroma, el mismo calor,  la misma carretera, la misma ciudadela. Llegue a un lugar seco y caluroso donde la gente vive en paz, mientras pintaban el portón color rojo te esperaba  con mi angustia negra y blanca haciéndome extremo a cada situación que podía ocurrir. Esto  lo escribo sin sentimiento alguno, sin razón de pensar. Nos miramos  y me acerque indiferente mirando el camino de la carretera  mientras contaba los segundos para que el tiempo pasara muy rápido, quedamos frente a frente y hablamos tan fríamente como era de sospechar mientras me entregabas el pedido que te hice ese día por la mañana. Caminaste junto a mí por quince segundos quitándome el sollozo interior y lo arrojé cien metros lejos de mí haciéndose cenizas en el aire, miraba mis zapatillas cada vez que miraba tus ojos apartando la vista que ya no me cortejaba, pero en ese entonces me di cuenta de que estaba feliz sin tu presencia. Entré a una sala  color azul marino mientras te fuiste por otro camino haciendo una rima mientras ya no te pensaba,  dejándome a cargo de mis responsabilidades me transforme en un independiente del amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario