El mismo lugar, el mismo aroma,
el mismo calor, la misma carretera, la
misma ciudadela. Llegue a un lugar seco y caluroso donde la gente vive en paz,
mientras pintaban el portón color rojo te esperaba con mi angustia negra y blanca haciéndome extremo
a cada situación que podía ocurrir. Esto
lo escribo sin sentimiento alguno, sin razón de pensar. Nos miramos y me acerque indiferente mirando el camino de
la carretera mientras contaba los segundos
para que el tiempo pasara muy rápido, quedamos frente a frente y hablamos tan fríamente
como era de sospechar mientras me entregabas el pedido que te hice ese día por
la mañana. Caminaste junto a mí por quince segundos quitándome el sollozo
interior y lo arrojé cien metros lejos de mí haciéndose cenizas en el aire,
miraba mis zapatillas cada vez que miraba tus ojos apartando la vista que ya no
me cortejaba, pero en ese entonces me di cuenta de que estaba feliz sin tu presencia.
Entré a una sala color azul marino
mientras te fuiste por otro camino haciendo una rima mientras ya no te pensaba,
dejándome a cargo de mis responsabilidades
me transforme en un independiente del amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario