miércoles, 11 de diciembre de 2013

LA HIJA DE FÉNIX

Estoy sentado en mi sillón rojo de cuero contando los segundos en voz alta  con las piernas apoyadas sobre la mesa de centro  las manos cruzadas escuchando música clásica a medio volumen y solo de repente miro mi acuario con dos tortugas que tengo, es la madre y su hija, el acuario tiene una luz azul. Paro de contar y me voy parando para empezar a caminar en círculos sin tambalear alrededor de la mesa de centro y de mi bolsillo saco una  flor morada que esta a medias seca y luego saco otra más pequeña, ya paré frente a la mesa para empezar a acobijar las  flores en  el vidrio helado, también paro el sonar de la música y la luz  de las tortugas brillo mas y mas mientras me sentaba nuevamente frente a las flores, las mire con  pasión con amor con ternura con pena con rabia con odio hasta que saqué los fósforos de mi otro bolsillo con un frasco pequeño de bencina y comencé a bañar a las flores secas con el liquido toxico, lo puse a un lado de ellas y solamente me quedaba un fósforo hasta que junte la pólvora con la lija y la hija de fénix  cubrió por completo las flores llenando el lugar  con un espeso humo. Saque el ultimo cigarrillo que me quedaba escondido en la esquita de la pata de la mesa de centro y lo prendí con las pequeñas llamas que  iban quedando, fume 4 veces y lo apagué en las cenizas que quedaron, me quite la blusa y el acuario se apago me saque los zapatos y la luz bajo me estire en el sillón cerrando los ojos y todo se acabo.  

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