Necesito fuego aunque sea una llama pequeña para encender mi tranquilizante y relajante, quiero tener el humo dentro de ni cuerpo y no me importa que mis órganos sufran con el olor a toxico por dentro ya que a la única que protejo es a mi nariz, su olor es horrible e insoportable, pero cuando ya lo tengo en mis dedos no aguanto las ganas de ponerlo en mis labios para succionar todo el humo que pueda hasta llenar mi interior y no tener mas espacio, boto y succiono cada diez segundos mientras mis dientes se van colocando de un color oscuro,amarillento, cuando las encías empiezan a levantar sin que se lo digan mientras mi aliento se va pudriendo cada vez más y mi boca se transforma lentamente en un tubo de escape. Mis pulmones se están achicando hasta parecer pasas cada rato que voy fumando pero sus vecinos que están aquí dentro se ponen en protesta llorando y rogando porque no aguantan seguir respirando veneno, me dicen que están cansados, que mire a los pulmones como están quedando, que no siga succionando mas toxico, que cuide mi cuerpo. Pero ya es demasiado tarde para protegerme, me lo advirtieron por diez años pero no los hice caso hasta me llamaron chimenea en la calle, ferrocarril y miles de nombres más, mis órganos ya no se manifestaban y se quedaron dormidos poco a poco por tanta lucha mientras tanto mis dientes abandonaron su hogar hasta quedar podrido por dentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario